La deuda es una herramienta financiera que, bien utilizada, puede ayudar a alcanzar objetivos importantes como comprar una vivienda, financiar estudios o emprender un negocio. Sin embargo, cuando la deuda se acumula sin control, puede convertirse en una carga abrumadora que afecta no solo a la economía, sino también a la salud mental y emocional
Las opiniones de expertos en finanzas personales son unánimes: la clave no está en evitar la deuda a toda costa, sino en gestionarla de forma inteligente. La experiencia de muchas personas que se han visto sobrepasadas por las deudas es de angustia, estrés y sensación de no tener salida.
Para ofrecer una solución a este problema, plataformas como Credimoney proporcionan servicios de gestión de la deuda. Esta ayuda consiste en analizar la situación financiera del usuario, identificar las deudas más problemáticas y diseñar un plan de acción para reducirlas de forma ordenada y sostenible. La facilidad financiera que aporta tener un plan claro y realista es inmensa: reduce el estrés, mejora la capacidad de ahorro y, sobre todo, devuelve la tranquilidad y la esperanza de poder construir un futuro más próspero y feliz.
El primer paso: entender la situación real
Muchas personas en situación de sobreendeudamiento evitan mirar de frente sus finanzas. El miedo y la vergüenza les impiden hacer un análisis honesto de cuánto deben, a quién y en qué condiciones. Sin embargo, el primer paso para solucionar cualquier problema es reconocerlo y entenderlo.
Un servicio de gestión de la deuda comienza siempre con un diagnóstico completo. Se recopila información sobre todas las deudas existentes: préstamos personales, tarjetas de crédito, hipotecas, deudas con proveedores, etc. Para cada deuda, se analizan las condiciones: el importe pendiente, el tipo de interés, la cuota mensual, el plazo restante y las posibles penalizaciones por amortización anticipada.
Con esta información, se calcula el nivel de endeudamiento del usuario (la proporción de los ingresos que se destina a pagar deudas) y se identifica si existe un problema de sostenibilidad. La rapidez con la que se puede obtener esta radiografía completa de la situación es fundamental para empezar a actuar cuanto antes.
«La experiencia de sentarse con un profesional y poner todas las deudas sobre la mesa fue dura, pero liberadora. Por primera vez en meses, se tenía una visión clara de la magnitud del problema. Y, sorprendentemente, esa claridad aportó tranquilidad, porque significaba que se podía empezar a hacer algo al respecto».
Estrategias para reducir la deuda
Una vez diagnosticada la situación, el siguiente paso es diseñar una estrategia de reducción de la deuda. Existen varios enfoques, y la elección depende de las circunstancias particulares de cada persona.
Una estrategia común es el método de la bola de nieve: se priorizan las deudas más pequeñas, pagándolas lo antes posible, mientras se mantienen los pagos mínimos en las demás. Una vez eliminada la deuda más pequeña, se utiliza el dinero que se destinaba a ella para atacar la siguiente. Este método tiene una ventaja psicológica importante: las victorias rápidas generan motivación y sensación de progreso.
Otra estrategia es el método de la avalancha: se priorizan las deudas con el tipo de interés más alto, independientemente del saldo. Desde un punto de vista matemático, este método es el más eficiente, ya que minimiza el coste total de los intereses. Sin embargo, puede ser menos motivador si las deudas con intereses altos son también las más grandes.
Una tercera opción, cuando la situación es muy compleja, es la consolidación de deudas. Consiste en agrupar varias deudas en un único préstamo con condiciones más favorables (generalmente, un tipo de interés más bajo y un plazo más largo). Esto simplifica la gestión (solo hay que pagar una cuota en lugar de varias) y puede reducir significativamente la carga mensual.
La importancia del presupuesto y el control de gastos
Reducir la deuda no es solo cuestión de pagar más; también es cuestión de no generar nueva deuda. Y para ello, es fundamental tener un presupuesto y controlar los gastos.
Plataformas como Credimoney ofrecen herramientas para ayudar a los usuarios a crear un presupuesto realista. Se analizan los ingresos y los gastos, se identifican áreas donde se puede recortar y se establecen límites para cada categoría. El objetivo es liberar el máximo dinero posible para destinarlo al pago de deudas, sin que esto suponga un sacrificio insostenible.